2. Panorama del trabajo del hogar remunerado en México

Entre las personas que laboran en el ramo del trabajo del hogar, como en cualquier otro, existen similitudes y diferencias. Describir sus características generales ayuda a entender mejor las condiciones en las que se encuentran y la razón por la que fenómenos como el de la discriminación les afectan de manera particular. Además, saber cuántas son, en dónde están, quién depende económicamente de ellas, cuál es su edad, cuánto ganan, entre otras cuestiones relevantes, permite diseñar políticas públicas que tomen en cuenta la forma en que esas características afectan y se ven afectadas por su trabajo.

El sector del trabajo del hogar remunerado se caracteriza por emplear sobre todo a mujeres. Durante los primeros trimestres de 2020 y 2021, nueve de cada 10 personas trabajadoras del hogar eran mujeres.[1]inegi, Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (enoe) Consulta de: Categoría: Trabajador subordinado y remunerado. Consulta de: Subordinado y remunerado Por: Periodo encuesta y Sexo Según: Tipo de … Continue reading Si bien el porcentaje de éstas que participan en el trabajo del hogar remunerado disminuyó entre 2019 y 2021 (de 15.39 por ciento en el I – 2019 a 13.44 por ciento en el I – 2021), aún representa un porcentaje importante de las actividades económicas que realizan. La participación de las mujeres en empresas y negocios no ha aumentado (de 52.57 por ciento en I – 2019, a 53.04 por ciento en I – 2020, y de nuevo a 52.66 por ciento en I – 2021) y en el sector informal se mantuvo en siete por ciento durante el mismo periodo.[2]Ibid.,[3]Ibid.

Las personas trabajadoras del hogar son “profesionales que laboran en peores condiciones de trabajo y con sueldo menor que otras profesionales similares en términos de formación y capacidades, trabajan más horas y, sin embargo, presentan peores índices de acceso a prestaciones sociales (de salud, maternidad, ahorro para el retiro)”.[4]Marta Cebollada Gay, Hacer visible lo invisible. Formalización del trabajo del hogar remunerado en México: una propuesta de política pública. conapred, unam, 2017, p. 23 De acuerdo con Marta Cebollada, este fenómeno no es nuevo y se debe, en principio, a la formación de relaciones paternalistas entre las personas empleadoras y las trabajadoras del hogar. Así, las primeras justifican la ausencia de prestaciones, contratos y otras condiciones del empleo formal por, supuestamente, tratar a la trabajadora del hogar como “parte de la familia”. Sin embargo, ello conlleva una grave forma de discriminación laboral que se traduce en salarios más bajos. De acuerdo con la oit, las personas que trabajan en este sector perciben sueldos cerca de 40 por ciento más bajos que el salario promedio en el mundo.[5]Cebollada Gay, op. cit., p. 23.

Durante los primeros trimestres de 2020 y 2021, nueve de cada diez trabajadoras del hogar eran mujeres.

Esto también puede deberse a que se trata de una relación que se da en un ámbito privado y podría parecer que las decisiones competen de manera exclusiva a la persona empleadora, quien, en ausencia de una autoridad laboral que vigile la garantía de los derechos de las trabajadoras del hogar, toma decisiones discrecionales y basadas en su conocimiento del tema. Asimismo, la responsabilidad recae en el Estado mexicano, que, si bien ha dado pasos importantes para que las trabajadoras del hogar accedan a la seguridad social sin ser discriminadas, no ha echado a andar mecanismos que les garanticen este derecho.

El problema de la discriminación hacia las trabajadoras del hogar no se limita a que reciban salarios bajos y carezcan de prestaciones como el acceso a la seguridad social; también tiene que ver con otros aspectos, como la falta de claridad en relación con sus funciones, jornada laboral y horarios de descanso. Esta última situación suele presentarse con más frecuencia en el caso de las llamadas trabajadoras “de planta” (aquellas que residen en su lugar de trabajo). Hay una tendencia a difuminar estas jornadas, pues pareciera que el hecho de que vivan con la familia empleadora implica que siempre están a su disposición.

Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (enoe), durante el primer trimestre de 2020, 11.03 por ciento de las mujeres trabajadoras domésticas remuneradas trabajaron más de 48 horas a la semana, cifra que solo durante el primer trimestre de 2021 disminuyó a 10.4 por ciento.[6]enoe, op. cit. De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Discriminación (enadis) 2017, 28 por ciento de las trabajadoras de planta manifestaron trabajar más de ocho horas diarias y 18.8 por ciento señaló no contar con permiso para salir de la casa por alguna necesidad personal.[7]enadis 2017. Resultados sobre mujeres. Disponible en: Aquí Entre la ambigüedad de los tiempos de descanso y los espacios en que habitan las trabajadoras del hogar, queda poco margen para el ejercicio de su privacidad.

La discriminación que enfrentan las trabajadoras del hogar también pasa por la denominada “discriminación subjetiva”, asociada a aspectos como “las condiciones o características físicas, culturales, económicas o étnicas de las mujeres que se dedican al ejercicio del trabajo doméstico remunerado”.[8]Daniel Antonio García Huerta, “Género y trabajo doméstico remunerado: análisis de un quehacer invisible”, en Juan Antonio Cruz Parcero y Rodolfo Vázquez (coords.) Mujeres, familia y trabajo, … Continue reading Esta forma de discriminación se materializa, en primer lugar, a través del lenguaje, cuando se utilizan términos despectivos para referirse a quienes realizan trabajos domésticos, desvalorizando su labor.[9]Ibid. Así es como empieza la violencia laboral que sufren las mujeres trabajadoras del hogar y que deriva en la ausencia de una adecuada formalización en las relaciones laborales, [que] a su vez, trae aparejada diversas consecuencias como la poca claridad respecto del tipo de actividades que deben desarrollar en el marco del ejercicio de dicha labor; el desconocimiento o anulación de las prestaciones sociales que por ley les corresponden y, en general, un sentimiento de inestabilidad e incertidumbre en el empleo que propicia condiciones de despido injustificado.[10]Ibid.

Asimismo, es común que las trabajadoras del hogar de planta reciban comida y habitación como parte de su remuneración. De acuerdo con lo establecido en la reforma a la lft, “Los alimentos destinados a las personas trabajadoras del hogar deberán ser higiénicos y nutritivos, además de ser de la misma calidad y cantidad de los destinados al consumo de la persona empleadora”.[11]lft, Artículo 331 Ter. Sin embargo, en 2017, 13.7 por ciento de las trabajadoras de planta manifestaron no comer los mismos alimentos que la familia para la cual trabajaban.[12]enadis 2017, op. cit., p. 54. En los resultados de la Encuesta sobre la situación de los derechos de las personas trabajadoras del hogar en la Ciudad de México de 2020, de una muestra de 428 personas trabajadoras del hogar (97 por ciento mujeres), 57 personas no recibieron alimentos de buena calidad y 70 los recibieron solo de forma ocasional.[13]copred, “Informe sobre la situación de los derechos de las personas trabajadoras del hogar en la Ciudad de México”, marzo de 2021, p. 52.

2.1 Características sociodemográficas de las personas trabajadoras del hogar

El trabajo del hogar es una labor social —invisibilizada desde el ámbito legal— que expone a quienes lo ejercen a situaciones de abuso. Las mujeres, en especial las adolescentes y las mujeres indígenas, se ven más afectadas, por ser quienes con más frecuencia desempeñan este tipo de labores.

El Sistema Nacional de Clasificación de Ocupaciones del inegi (sinco)[14]Ibid. cataloga el trabajo del hogar en dos perfiles: quienes realizan labores inespecíficas de tipo general y personas que realizan trabajos específicos, como cocineras, choferes y cuidadoras. En el primer trimestre de 2018, el total de personas ocupadas en el trabajo del hogar remunerado fue de 2,227,225 (6.5 por ciento de la población remunerada y asalariada), cifra que aumentó de forma considerable en relación con la última década (1,971,542 en 2008).[15]inegi, sinco, 2019. Disponible en: Aquí De estas personas, 1,947,747 realizaban trabajo doméstico en general, de las cuales 97.6 por ciento eran mujeres, mientras que solo 279,478 se dedicaban a labores específicas, de las cuales 75.6 por ciento eran hombres (enoe 2018/I).[16]En adelante, cuando no se cita la fuente, el origen de los datos es la enoe.

Del total de 40,996,264 hogares registrados en México en la enoe durante el primer trimestre del 2019, seis por ciento contrataron trabajo del hogar. De esa cantidad, 94 por ciento lo hizo bajo la modalidad de entrada por salida; 4.6 por ciento, de planta y 1.6 por ciento en una combinación de ambas modalidades.[17]enoe, primer trimestre 2019. Al consultar otras fuentes, estas cifran varían de forma notable, aunque aún predominan las contrataciones de entrada por salida: 61 por ciento trabaja en una sola casa en esa modalidad; 10 por ciento trabaja en dos o más hogares; y 29 por ciento vive en la casa en la que trabaja.[18] Graciela Bensusán,”Perfil del trabajo doméstico remunerado en México”, OIT, 2019. p. 12. Disponible en:https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/12/5871/3.pdf

Para quienes realizan este trabajo de forma remunerada, el trabajo del hogar continúa en su propia casa. Según datos de la Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo (enut) 2019, 66.6 por ciento del tiempo total de trabajo de las mujeres en México corresponde al trabajo no remunerado de los hogares, mientras que para los hombres equivale a 27.9 por ciento. Existe una gran brecha entre mujeres y hombres de 12 años y más en cuanto a las horas que dedican en promedio al trabajo doméstico no remunerado en su propio hogar: mientras que las mujeres le dedican, en promedio, 30.8 horas a la semana, la cifra, en el caso de los hombres, se reduce a 11.6 horas. Si se suman las horas semanales empleadas en el trabajo del hogar remunerado y no remunerado, las trabajadoras del hogar laboran 62 horas a la semana, frente a 47.6 horas que laboran los hombres. Esto quiere decir que las trabajadoras del hogar laboran lo equivalente a casi una jornada completa los siete días de la semana, lo cual les deja muy poco tiempo para el ocio y el descanso.

También es importante señalar que las mujeres hablantes de alguna lengua indígena dedican más tiempo en promedio al trabajo doméstico en el propio hogar que las mujeres que no hablan alguna lengua indígena. Las primeras trabajan 5.4 horas más en promedio a la semana. Por su parte, la brecha entre hombres y mujeres hablantes de lenguas indígenas también es pronunciada. Las mujeres le dedican 35.9 horas, mientras que los varones solo 9.6 horas, lo cual da una diferencia de 26.3 horas en total. Si la comparación se establece, además, con personas no hablantes de lenguas indígenas, cuya diferencia es de 18.8 horas, la brecha se extiende aún más. [19]inmujeres, “Comunicado de prensa núm. 458/20”, 8 de octubre de 2020, p. 16. Disponible en: Aquí

Las trabajadoras del hogar laboran lo equivalente a casi una jornada completa los siete días de la semana, lo cual les deja muy poco tiempo para el ocio y el descanso.

Fuente: Elaboración de gire con información de inegi, “Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo”.[20]Op. cit, Consulta de: Categoría: Trabajador subordinado y remunerado. Generales: Periodo encuesta. Geográficas: Entidad federativa. Sociodemográficas: Sexo. Económicas: Cond aguinal vac utilida; … Continue reading

Fuente: Elaboración de gire con información de inegi, “Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo”.

Fuente: Elaboración de gire con información de inegi, “Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo”.

Fuente: Elaboración de gire con información de inegi, “Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo”.

A continuación se presentan algunas conclusiones derivadas de la observación de los cambios en las condiciones sociodemográficas de mujeres trabajadoras del hogar remuneradas en los primeros trimestres del 2020 y 2021:

  1. Si bien el porcentaje de trabajadoras del hogar mayores de 60 años disminuyó, el de aquéllas entre 15 y 19 y entre 30 y 39 años aumentó.
  2. En relación con el estado civil, mientras el número de trabajadoras del hogar casadas y divorciadas disminuyó, el del resto de los grupos —particularmente las que viven en unión libre— aumentó.
  3. Mientras el porcentaje de trabajadoras del hogar que trabajan de forma remunerada y que tienen tres a cinco hijos disminuyó, en todas las demás categorías, desde ningún hijo hasta seis o más, aumentó. Donde se observa un aumento mayor es entre las mujeres que tienen entre uno y dos hijos.
  4. El número de trabajadoras con un nivel educativo de primaria incompleta, así como de educación media superior y superior disminuyó. Por su parte, el de aquellas que tienen primaria y secundaria completa aumentó.

Además de los cambios observados durante el último año, destacan otras observaciones generales:

  1. La distribución en cuanto a los grupos de edad de las trabajadoras del hogar entre 30 y 59 años es bastante homogénea. Si bien 3.92 por ciento de las trabajadoras del hogar tienen entre 15 y 19 años, lo cual es preocupante, el porcentaje más amplio de este sector tiene entre 20 y 49 años y constituye el 60 por ciento del total, el cual comienza a descender de forma importante hasta llegar a los 60 años. Estos son años vitales para generar ahorro y fondos de retiro. Por ello, la permanencia en este tipo de trabajo —como en cualquier otro que permita un retiro digno— requiere de protección jurídica.
  2. Aunque la gran mayoría de las trabajadoras del hogar son mujeres casadas, la brecha con aquellas que son solteras se redujo.
  3. La gran mayoría de las trabajadoras del hogar tienen entre uno y cinco hijos y/o hijas. Por ello, la adopción de un sistema de seguridad social donde puedan acceder a servicios de salud y estancias infantiles de calidad es indispensable, sobre todo si se considera el alto porcentaje de madres solteras que, de otra forma, no pueden afiliarles como derechohabientes.
  4. Una proporción importante de trabajadoras del hogar cuenta con secundaria completa, pero son más las que solo terminaron la primaria. La afiliación a la seguridad social de las trabajadoras cuyos niveles de alfabetización dificultan el conocimiento de los procesos necesarios para ello representa un reto.

Por otro lado, se sabe que, en 2014, cinco por ciento de las trabajadoras del hogar remuneradas eran menores de edad de entre 12 y 17 años.[21]El cinco por ciento se obtuvo a partir de entrevistas con trabajadoras del hogar. En el caso de las entrevistas a empleadoras se obtuvo un resultado de tres por ciento. conapo, Condiciones laborales … Continue reading 36 por ciento se habían iniciado en esta actividad cuando aún eran menores de edad: cuatro por ciento entre los 10 y los 11 años; cuatro por ciento entre los 12 y los 13 años; 13 por ciento entre los 14 y los 15 años y 15 por ciento entre los 16 y los 17 años de edad.[22]conapo, op. cit., p. 10–11. En comparación con el resto, este grupo se encuentra en una situación de mayor vulnerabilidad. No solo fueron contratadas en la informalidad y de manera ilegal; también se integraron a la fuerza laboral sin haber concluido la educación obligatoria.

Fuente: CONAPO, Condiciones laborales de las trabajadoras domésticas, 2014, p. 10-11. Disponible en Aquí

A pesar de esto y de que, según la lft, se puede contratar como trabajadoras del hogar a adolescentes mayores de 15 años de edad,[23]Artículo 331 Bis de la lft. la enadis 2017 solo consideró en su estudio a las mujeres mayores de 18 años que desempeñaron esta actividad a cambio de una remuneración en algún momento del año anterior al levantamiento de la encuesta. Con ello, se dejó fuera de la misma a las personas de 15 a 17 años, aunque también tendrían que haber sido consideradas como sujetos de estudio. La ausencia de datos y de información completa para identificar las formas en que la discriminación afecta a este grupo poblacional —que es uno de los más vulnerables— impide la formulación de políticas públicas orientadas hacia la prevención y erradicación de actos de discriminación perpetrados en su contra.

Por otro lado, un número importante de trabajadoras del hogar son migrantes internas que llegan a las ciudades provenientes de otras regiones del país, así como de comunidades indígenas. La situación económica de las familias, la desigualdad en el acceso a una educación formal y la inseguridad son algunos de los factores que provocan que las personas migren de un estado a otro o, incluso, dentro de la misma entidad federativa, del campo a las ciudades. Muchas de estas personas buscan empleo como trabajadoras del hogar, ya sea porque su oficio ya no existe debido a que sus espacios fueron tomados por grandes empresas o porque no están capacitadas para realizar otras actividades. De acuerdo con una encuesta realizada por conapredsegob en 2014, 33 por ciento de las personas entrevistadas mencionó a la pobreza como la principal causa por la que se dedica al trabajo doméstico remunerado.[24]Bensusán, op. cit., p. 31. Cifras más recientes revelan que 51.9 por ciento de quienes realizan trabajo doméstico sin especificar está en situación de pobreza: siete por ciento están en situación de pobreza extrema; 44.8 por ciento en pobreza moderada.[25]enoe 2018/I, tomado de Bensusán, op cit., p. 18.

Según los datos de la enoe, aumentó el porcentaje de personas trabajadoras del hogar remuneradas que tuvieron que cambiar de localidad para ejercer su actual trabajo. Mientras que durante el primer trimestre del 2020 representó el 1.03 por ciento de las personas trabajadoras del hogar remuneradas (en su mayoría mujeres), para el primer trimestre de 2021 se elevó a 1.79 por ciento; además, la proporción de mujeres que cambiaron de localidad aumentó en relación con la de los hombres. Durante el primer trimestre del 2020, se observó una mayor migración de personas trabajadoras del hogar remuneradas (58.09 por ciento de los casos) al interior de la misma entidad federativa; sin embargo, para el primer trimestre de 2021, la migración fue en su mayoría hacia otras entidades federativas (54.76 por ciento de los casos). En ambas situaciones, las mujeres representaron la mayor parte de la migración laboral.[26]inegi, enoe op. cit.

En cuanto a las entidades donde más personas realizan trabajo doméstico, sin importar su procedencia, 48.1 por ciento de las personas trabajadoras del hogar se localizan en seis entidades:

Fuente: Elaboración de gire con datos de inegi, enoe.[27]Ibid. Consulta de: Subordinado y remunerado Por: Periodo y Sexo encuesta Según: Entidad Federativa Primer trimestre del 2020 y del 2021.

A lo largo de ambos años, se observa que estas seis entidades concentran la mayor cantidad de trabajadoras del hogar del país (casi 50 por ciento en ambos casos). De la tabla también se deriva que el trabajo doméstico en Veracruz ha experimentado un crecimiento porcentual importante, mientras que en la Ciudad de México y el Estado de México ha sucedido lo contrario.

Por otra parte, al preguntar a las trabajadoras del hogar el promedio de años de antigüedad que tenían en su empleo en 2014, 47 por ciento respondió que había trabajado entre uno y tres años en la misma casa; 18 por ciento dijo haber trabajado ahí menos de un año; 12 por ciento entre tres y cinco años, y solo siete por ciento había estado en el mismo hogar durante más de 11 años.[28]conapo, op. cit., p. 15. La encuesta no revela los motivos por los que las trabajadoras dejaron sus empleos.

A partir de los datos de la enoe relativos al primer trimestre del 2020 y del 2021, podemos conocer los principales motivos para el abandono del empleo entre las trabajadoras del hogar a nivel nacional. En ambos casos, la principal razón fue que las condiciones laborales se deterioraron o implicaban riesgos personales o de salud. Si bien entre ambos trimestres se redujo el abandono laboral por motivo de conflictos laborales o con sus superiores (de 6.35 por ciento a 1.76 por ciento), aumentó el porcentaje de casos asociados a situaciones de discriminación o acoso hacia estas trabajadoras (de 0.92 por ciento a 54.2 por ciento).

Se observa también una reducción considerable en el porcentaje de abandono del empleo por matrimonio, embarazo o responsabilidades familiares. La reducción tan drástica del abandono del empleo asociado a querer ganar más o superarse en el trabajo podría deberse a varias razones; entre ellas, a que el deterioro de las condiciones de trabajo se haya intensificado, sobre todo durante la pandemia de Covid-19; a que el aumento de afiliadas a la seguridad social tuviera un efecto sobre las expectativas salariales, dados los nuevos beneficios que acompañan el trabajo doméstico remunerado; otros motivos registrados en las opciones “Otros” o “No especificado”.

Elaboración de gire con datos del inegi. Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo. Consulta de: El año calendario en curso Por: Periodo encuesta y Mtvo abandono empleo Según: Tipo de unidad económica.
Nota: El nivel de precisión de todos los porcentajes es bajo, tomando como referencia el coeficiente de variación cv (%). Una precisión baja requiere un uso cauteloso de la estimación, en la que se analicen las causas de la alta variabilidad y se consideren en otros indicadores de precisión y confiabilidad, como el intervalo de confianza.

Existen autoridades a las cuales pueden acudir las trabajadoras para la resolución de conflictos con sus empleadores, incluso desde la informalidad. Sin embargo, con frecuencia carecen de información al respecto o encuentran obstáculos para acceder a dichos mecanismos. El informe sobre la situación de los derechos de las personas trabajadoras del hogar en la Ciudad de México (2021) reveló que 63.1 por ciento no conocían la Procuraduría de la Defensa del Trabajo de la Ciudad de México. Además, 50.7 por ciento tampoco conocía a la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, y de aquellas contratadas por una agencia de empleo privada, solo 13 por ciento tenía conocimiento de si la empresa contaba con algún mecanismo interno en el cual interponer alguna queja o denuncia.[29]copred, op. cit., pp. 58–59.

Hogares de procedencia

El inegi denomina hogar al “conjunto de personas que residen habitualmente en una vivienda particular y se sostienen de un gasto común principalmente para alimentación”,[30]Ver inegi: Aquí y lo clasifica en dos tipos: nucleares y ampliados o extensos. Hogar nuclear es aquel conformado por el jefe o jefa y un cónyuge; o bien, un jefe o jefa con sus hijos e hijas, o, jefe o jefa con cónyuge e hijos e hijas.[31]Idem. Hogar ampliado se refiere a un hogar nuclear que integra a otros parientes o a aquel en que se incluyen diferentes generaciones.[32]Idem.

Durante el primer trimestre del 2021, la gran mayoría de las mujeres trabajadoras del hogar dijeron pertenecer a hogares nucleares (88.28 por ciento), mientras que solo 7.57 por ciento lo hizo a hogares ampliados. El porcentaje de trabajadoras que pertenecen a hogares nucleares aumentó dos puntos con respecto al primer trimestre del 2020. Además, 34.48 por ciento son jefas de hogar, mientras que 36.08 por ciento son cónyuges. Por su parte, el porcentaje de trabajadoras del hogar que son jefas de hogar aumentó con respecto al primer trimestre del 2020, donde representaban 31.98 por ciento. Como se observó en la descripción de las características sociodemográficas, esto podría estar relacionado con el aumento del número de trabajadoras del hogar que son solteras, están separadas y viven en unión libre, mientras que la participación de trabajadoras del hogar casadas se redujo casi cinco puntos porcentuales.

Fuente: conapo, Condiciones laborales de las trabajadoras domésticas, 2014.[33]conapo, op. cit. p. 24.

Fuente: conapo, Condiciones laborales de las trabajadoras domésticas, 2014.

Por otra parte, la Encuesta Intercensal 2015 reveló que la mayoría se traslada al trabajo en transporte público (59.8 por ciento), y que, mientras que la mayoría tarda hasta media hora en trasladarse al trabajo (52.4 por ciento), más de 36 por ciento tarda más. [34]Bensusán, op. cit., p. 11.

Fuente: Graciela Bensusán, oit, 2019 con base en inegi, enoe 2018/I.

Fuente: Graciela Bensusán, oit, 2019 con base en inegi, enoe 2018/I.

Fuente: Graciela Bensusán, oit, 2019 con base en inegi, enoe 2018/I.

El trabajo del hogar remunerado es una labor que tiende a heredarse. En México, cuatro de cada 10 mujeres que se dedican al trabajo del hogar tienen un familiar que se dedica a lo mismo.[35]conapo, op. cit., p. 16. De ellas, 30 por ciento son hijas de mujeres que a su vez son trabajadoras del hogar. Aunque esto no es exclusivo del trabajo doméstico, es un hecho que, al representar para muchas personas la única opción laboral, deja en desventaja a un amplio sector de la población, pues no ofrece condiciones de igualdad en términos de salarios y prestaciones. Así, las condiciones en las que se contrata el trabajo del hogar perpetúan la pobreza.

Entre las razones que las trabajadoras manifestaron para dedicarse a este trabajo se encuentran:

El trabajo del hogar remunerado es una labor que tiende a heredarse. En México, cuatro de cada 10 mujeres que se dedican al trabajo del hogar tienen un familiar que se dedica a lo mismo.

Fuente: conapo, Condiciones laborales de las trabajadoras domésticas, 2014. [36]conapo, op. cit., p. 13.

2.2 Datos económicos

Para comprender el grado de discriminación al que están sujetas las trabajadoras del hogar, es necesario analizar varios factores. Uno de ellos es el factor económico. Existe una brecha salarial entre hombres y mujeres a nivel mundial. Las mujeres trabajadoras tienden a concentrarse en el sector informal —como empleadas informales, autoempleadas o como ayudantes de familiares—[37]Martin Oelz y Uma Rani, Domestic work, wages, and gender equality: Lessons from developing countries. oit, Ginebra, 2015, p. 3. y, dado que en muchas ocasiones, a pesar de realizar un trabajo, no perciben un sueldo, no tienen acceso a los beneficios de la seguridad social asociados al empleo formal. Incluso aquellas que perciben una remuneración económica suelen trabajar de forma temporal o informal, sin los contratos adecuados ni los beneficios implicados.[38]Ibid. p. 4. En 2019, en México había al menos 2.2 millones de personas trabajadores del hogar, de las cuales 94.8 por ciento eran mujeres.[39]Bensusán, op. cit., p. 3. Mientras los hombres ocupan la mayoría de los puestos en el sector agrícola, ganadero, silvícola y de caza y pesca, las mujeres solo ocupan 12.53 por ciento de los puestos en estas actividades.[40]enoe, inegi, op. cit. Consulta de: Categoría: Población ocupada. Generales: Periodo encuesta. Sociodemográficas: Sexo. Económicas: Grupos de ocupación > Trabajadores en actividades … Continue reading

Durante la pandemia, la oit estimó que, a nivel mundial, 55 millones de personas trabajadoras del hogar —de las cuales alrededor de dos tercios son mujeres— perdieron su trabajo o vieron sus horas de trabajo —y, por ende, sus salarios— reducidas. Además, casi 75 por ciento de las mujeres en América Latina dependen en mayor medida del empleo informal que los hombres.[41]oit, Global Wages Report 2020-21. Wages and minimum wages in the time of Covid-19, p. 27. Disponible en: Aquí Al comparar los salarios promedio de las mujeres de diversos sectores en diferentes países en 2015, se observa que, alrededor del mundo, las mujeres dedicadas a la agricultura y al trabajo del hogar perciben sueldos considerablemente menores que aquellas empleadas en otros sectores. Esta tendencia se ha mantenido a lo largo de la última década. Sin embargo, en algunos países, los salarios de las trabajadoras del hogar se han reducido, lo que indica que estos dos sectores aún experimentan una situación de continua vulnerabilidad en todo el mundo.[42]Martin Oelz y Uma Rani, op. cit., p. 7.

En 2019, en México había al menos 2.2 millones de personas trabajadores del hogar, de las cuales 94.8 por ciento eran mujeres.

En 2018, 25.1 por ciento de los cuidadores, choferes y cocineros trabajaron jornadas semanales de más de 48 horas en promedio, mientras que, en general, solo 9.4 por ciento de las personas trabajadoras del hogar cumplían jornadas similares. A esto hay que agregar que, entre quienes realizan labores específicas, los hombres trabajan jornadas de 47.2 horas en promedio, mientras que las mujeres que desempeñan las mismas actividades lo hacen en jornadas de 36.2 horas semanales. Bensusán, op. cit., p. 13.[43]Bensusán, op. cit., p. 13. Por su parte, entre quienes desempeñan trabajo doméstico en general, los hombres cubren jornadas semanales de 36 horas en promedio, mientras que las mujeres trabajan 31.2 horas semanales.[44]Ibid., Anexo, Cuadro 4, p. 39.

Muchas personas trabajadoras del hogar realizan su labor bajo un esquema de “entrada por salida”, en uno o varios hogares, por lo que no completan una jornada regular, mientras que quienes realizan labores específicas tienden a cumplir jornadas más parecidas a las de una persona asalariada. La diferencia en el número de horas trabajadas a la semana por hombres y por mujeres podría deberse a que ellas “son quienes asumen en mayor medida las tareas domésticas en sus propios hogares”.[45]Ibid., p. 14. Es por ello que, si el salario se establece únicamente con base en el número de horas trabajadas, las mujeres quedan en clara desventaja. Lo anterior aunado a que, en muchos casos, quienes están contratadas como trabajadoras del hogar sin labores específicas, además de ocuparse del aseo de la casa, fungen como cuidadoras y cocineras. Para el último trimestre de 2019, las mujeres se dedicaban en su mayoría a actividades de limpieza y orden en casas particulares, seguido del cuidado de personas. Solo tres por ciento estaban contratadas de forma específica para lavar y planchar, y 1.1 por ciento exclusivamente para cocinar.[46]“Comunicado de prensa núm. 339/20. Estadística a propósito del día internacional del trabajo doméstico”, inegi, 21 julio 2020, p. 4. Disponible en: Aquí

2.3 Situación de las personas empleadoras de trabajadoras del hogar

En comparación con otro tipo de personas trabajadoras en el país, la mayoría de las trabajadoras del hogar atraviesa situaciones de discriminación y desventajas laborales, económicas y sociales. Para combatir estas desigualdades, es necesario conocer el problema de fondo; es decir, no solo las condiciones de las trabajadoras del hogar, sino también de quienes las emplean.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (enigh) 2018, en promedio, los hogares gastaron 1874 pesos al trimestre en artículos y servicios para la limpieza, cuidados de la casa y enseres domésticos.[47]enigh, 2018, p. 34. Disponible en: Aquí El bienestar de muchos hogares depende de la presencia de una persona trabajadora del hogar, pues solo así se pueden solventar los problemas que enfrentan las personas para lograr conciliar su vida personal con el trabajo. Ante la falta de una trabajadora del hogar, en la mayoría de los hogares son las mujeres quienes asumen estas labores, de forma no remunerada y cumpliendo dobles o triples jornadas.

¿Quiénes contratan trabajo del hogar?

Respecto al perfil de quienes emplean trabajadoras del hogar, es interesante saber que 69.1 por ciento son hombres; que la gran mayoría (39.9 por ciento) de jefes y jefas de hogar que contratan este servicio tienen 60 años o más, 32 por ciento rondan entre los 45 y los 59 años y 27.4 por ciento tienen entre 25 y 44 años; en promedio, los hombres que contratan este servicio tienen 53.3 años y las mujeres, 60.9. Predominan los hogares nucleares (58.8 por ciento), seguidos por los unipersonales (18.8 por ciento) y los ampliados (14.5 por ciento). El 32.7 por ciento son parejas con hijos y un 15.3 por ciento, parejas sin hijos.[48]Nelson Florez Vaquiro, Perfil de los empleadores de las trabajadoras del hogar en México, oit, 2019, p. 8.

En cuanto a la escolaridad, en 2018, de acuerdo con el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (inee), 80 por ciento de quienes contrataron a personas trabajadoras del hogar tenían un nivel de escolaridad superior a la media nacional, equivalente a secundaria terminada.

El bienestar de muchos hogares depende de la presencia de una persona trabajadora del hogar.

Fuente: Estimaciones propias con base en la enoe 2018/I del inegi

Fuente: Estimaciones propias con base en la enoe 2018/I del inegi

Fuente: Estimaciones propias con base en la enoe 2018/I del inegi

Fuente: Estimaciones propias con base en la enoe 2018/I del inegi

Lo anterior podría significar que son personas en situaciones laborales privilegiadas, con ingresos altos y prestaciones acordes a la ley. Sin embargo, en muchas ocasiones esto no corresponde con la realidad, pues muchas mujeres que emplean trabajadoras del hogar no cuentan con servicios de estancias infantiles, licencias de maternidad y horarios flexibles que les ayuden a realizar tanto su labor dentro del hogar como fuera de él. Las condiciones laborales de quienes contratan trabajo doméstico son, en parte, lo que lleva a requerir dicho servicio. El problema de fondo radica en que las condiciones laborales de la mayoría de las personas en México no se apegan a las normas.[49]Para conocer más al respecto, véase GIRE, 2017, Horas hábiles. Corresponsabilidad en la vida laboral y personal. Disponible en: Aquí

Si bien la mayoría de las personas que contratan servicio doméstico pertenecen a los niveles socioeconómicos medios y altos, una tercera parte de las familias de nivel medio bajo superior también acostumbra utilizar este servicio.[50]conapo, op. cit, p. 23. En 2018, los primeros cinco deciles de ingreso conformaban el 10.31 por ciento de los hogares empleadores.[51]conasami, Criterios y lineamientos metodológicos. Proceso de fijación del salario mínimo para los y las trabajadoras del hogar, mayo 2019. Esto significa que, en la tercera parte de los casos, sin importar la razón por la que se contrata este servicio, contar con él no es un lujo, sino una necesidad.

Empleadores y empleadoras suelen cubrir tiempos completos y jornadas prolongadas. En 2018, 45.2 por ciento de las personas empleadoras trabajaban entre 35 y 48 horas, mientras que 30.7 por ciento trabajaba más de 48 horas semanales.[52]Florez Vaquiro, op. cit., p. 11. Esto significa que, en efecto, las personas trabajadoras del hogar satisfacen una necesidad de quienes, por su propio horario de trabajo y ausencia de prestaciones laborales, no pueden realizar las actividades domésticas y de cuidado que posiblemente, de encontrarse en otras circunstancias laborales, podrían cubrir.

Aunque el trabajo del hogar no genera bienes ni opera como negocio, sí se traduce directamente en un beneficio a la economía.[53] inegi, La informalidad laboral. Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo. Marco conceptual y metodológico, México, 2014, p. 6. Disponible en: Aquí

A nivel nacional, el trabajo del hogar no remunerado aporta en promedio 22.8 por ciento del producto interno bruto (2019), que se traduce en un valor estimado de cinco billones seiscientos mil pesos.[54]inegi, Cuenta Satélite del Trabajo No Remunerado de los Hogares de México, 2019. Disponible en: Aquí Valdría la pena conocer cuánto aporta la misma labor cuando es remunerada.

Como ya se mencionó, ante la falta de una trabajadora del hogar remunerada, en la mayoría de los hogares son las mujeres quienes asumen estas labores. Solo en la cuarta parte de los hogares los hombres se involucran en estas tareas.

El trabajo del hogar se traduce en un beneficio a la economía.

Fuente: conapo, Condiciones laborales de las trabajadoras domésticas, 2014.[55]conapo, op. cit., p. 22.

En cuanto a las prestaciones que reciben quienes contratan trabajo doméstico, “casi la mitad de los jefes y jefas de hogar contratantes tienen acceso a la atención de la salud (48.6 por ciento en 2018) […]. Este indicador no se corresponde, sin embargo, con el alto nivel de formalidad declarado por los contratantes (82.3 por ciento)”. Lo anterior puede deberse a que sean, a su vez, empleadores en el trabajo formal (25.8 por ciento) o que sean trabajadores por cuenta propia (15.9 por ciento) sin afiliación a algún sistema de seguridad social, por ejemplo.[56]Florez Vaquiro, op. cit., p. 11 Destaca el alto porcentaje de jefes y jefas de hogar contratantes cuyo trabajo no les da acceso a la atención de la salud.[57]Ibid., p. 12.

Los trabajos domésticos y de cuidado que realizan las personas contratadas benefician a poco menos de dos millones de hogares a nivel nacional, donde viven alrededor de 4,900,000 personas.[58]Bensusán, op. cit., p. 6. Sin embargo, cerca de nueve millones y medio de personas se benefician de forma indirecta de esta labor.[59]Datos de la enut 2014, tomados de Bensusán, op. cit., pág. 6 Es decir, alrededor de 15 millones de personas en México se benefician del trabajo del hogar remunerado, ya sea de manera activa o pasiva.[60]Bensusán, op. cit., p. 6.

En cuanto a la propensión a afiliar a las trabajadoras del hogar a la seguridad social, ya desde 2014 se observaba entre las personas empleadoras una alta disposición (72 por ciento), siempre que las mismas trabajadoras cubrieran un porcentaje de las cuotas.[61]conapo, op. cit., p. 33.

En relación con la firma de contratos, algunas trabajadoras presentaron cierta resistencia a firmarlos, sobre todo aquellas menores de 25 años que eran solteras y no tenían hijos. Lo anterior puede deberse a que, al ser jóvenes sin hijos, la atención médica gratuita o el ahorro para el retiro, así como los beneficios de estancias infantiles y licencias por maternidad no representen para ellas necesidades primarias.

En relación con la firma de contratos, algunas trabajadoras presentaron cierta resistencia a firmarlos, sobre todo aquellas menores de 25 años.

Fuente: conapo, Condiciones laborales de las trabajadoras domésticas, 2014.[62]conapo, op. cit., p. 29.

Fuente: conapo, Condiciones laborales de las trabajadoras domésticas, 2014.

Fuente: conapo, Condiciones laborales de las trabajadoras domésticas, 2014.

Del mismo modo, entre las personas empleadoras, quienes presentan mayor resistencia a firmar un contrato con las trabajadoras del hogar son aquellas que pertenecen a un nivel económico medio bajo y las más jóvenes: [63]La Asociación Mexicana de Agencias de Inteligencia de Mercado y Opinión Pública cuenta con una clasificación de perfil de los hogares según nivel socioeconómico, que toma en cuenta el grado de … Continue reading

Fuente: conapo, Condiciones laborales de las trabajadoras domésticas, 2014.[64]conapo, op. cit., p. 30.

Fuente: conapo, Condiciones laborales de las trabajadoras domésticas, 2014.[65]conapo, op. cit., p. 30.

Como resulta evidente en este capítulo, la situación de las trabajadoras del hogar no se puede desligar de muchos de los problemas que aquejan a las mujeres en general, como la doble o triple jornada, la brecha salarial, la violencia y la falta de prestaciones laborales. Sin embargo, también es importante señalar que es frecuente que haya diferencias significativas con quienes las emplean. Solo conociendo sus particularidades se pueden diseñar normas, políticas y programas que atiendan sus necesidades.

Entre los problemas que aquejan a las mujeres, en general, están la doble o triple jornada, la brecha salarial, la violencia y la falta de prestaciones laborales.


Referencias

Referencias
1 inegi, Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (enoe) Consulta de: Categoría: Trabajador subordinado y remunerado. Consulta de: Subordinado y remunerado Por: Periodo encuesta y Sexo Según: Tipo de unidad económica. Disponible en: Aquí
2 Ibid.
3 Ibid.
4 Marta Cebollada Gay, Hacer visible lo invisible. Formalización del trabajo del hogar remunerado en México: una propuesta de política pública. conapred, unam, 2017, p. 23
5 Cebollada Gay, op. cit., p. 23.
6 enoe, op. cit.
7 enadis 2017. Resultados sobre mujeres. Disponible en: Aquí
8 Daniel Antonio García Huerta, “Género y trabajo doméstico remunerado: análisis de un quehacer invisible”, en Juan Antonio Cruz Parcero y Rodolfo Vázquez (coords.) Mujeres, familia y trabajo, SCJN, México, 2014, p. 111.
9 Ibid.
10 Ibid.
11 lft, Artículo 331 Ter.
12 enadis 2017, op. cit., p. 54.
13 copred, “Informe sobre la situación de los derechos de las personas trabajadoras del hogar en la Ciudad de México”, marzo de 2021, p. 52.
14 Ibid.
15 inegi, sinco, 2019. Disponible en: Aquí
16 En adelante, cuando no se cita la fuente, el origen de los datos es la enoe.
17 enoe, primer trimestre 2019.
18 Graciela Bensusán,”Perfil del trabajo doméstico remunerado en México”, OIT, 2019. p. 12. Disponible en:https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/12/5871/3.pdf
19 inmujeres, “Comunicado de prensa núm. 458/20”, 8 de octubre de 2020, p. 16. Disponible en: Aquí
20 Op. cit, Consulta de: Categoría: Trabajador subordinado y remunerado. Generales: Periodo encuesta. Geográficas: Entidad federativa. Sociodemográficas: Sexo. Económicas: Cond aguinal vac utilida; Grupos de ocupación > Trabajadores en servicios personales > Trabajadores en servicios personales en establecimiento, Trabajadores en servicios domésticos > Por sexo. Primer trimestre del 2020 y del 2021.
21 El cinco por ciento se obtuvo a partir de entrevistas con trabajadoras del hogar. En el caso de las entrevistas a empleadoras se obtuvo un resultado de tres por ciento. conapo, Condiciones laborales de las trabajadoras domésticas, 2014, p. 9. Disponible en: Aquí
22 conapo, op. cit., p. 10–11.
23 Artículo 331 Bis de la lft.
24 Bensusán, op. cit., p. 31.
25 enoe 2018/I, tomado de Bensusán, op cit., p. 18.
26 inegi, enoe op. cit.
27 Ibid. Consulta de: Subordinado y remunerado Por: Periodo y Sexo encuesta Según: Entidad Federativa Primer trimestre del 2020 y del 2021.
28 conapo, op. cit., p. 15.
29 copred, op. cit., pp. 58–59.
30 Ver inegi: Aquí
31 Idem.
32 Idem.
33 conapo, op. cit. p. 24.
34 Bensusán, op. cit., p. 11.
35 conapo, op. cit., p. 16.
36 conapo, op. cit., p. 13.
37 Martin Oelz y Uma Rani, Domestic work, wages, and gender equality: Lessons from developing countries. oit, Ginebra, 2015, p. 3.
38 Ibid. p. 4.
39 Bensusán, op. cit., p. 3.
40 enoe, inegi, op. cit. Consulta de: Categoría: Población ocupada. Generales: Periodo encuesta. Sociodemográficas: Sexo. Económicas: Grupos de ocupación > Trabajadores en actividades agrícolas, ganaderas, sivlícolas y de caza y pesca > Mujeres. Tercer trimestre del 2020.
41 oit, Global Wages Report 2020-21. Wages and minimum wages in the time of Covid-19, p. 27. Disponible en: Aquí
42 Martin Oelz y Uma Rani, op. cit., p. 7.
43 Bensusán, op. cit., p. 13.
44 Ibid., Anexo, Cuadro 4, p. 39.
45 Ibid., p. 14.
46 “Comunicado de prensa núm. 339/20. Estadística a propósito del día internacional del trabajo doméstico”, inegi, 21 julio 2020, p. 4. Disponible en: Aquí
47 enigh, 2018, p. 34. Disponible en: Aquí
48 Nelson Florez Vaquiro, Perfil de los empleadores de las trabajadoras del hogar en México, oit, 2019, p. 8.
49 Para conocer más al respecto, véase GIRE, 2017, Horas hábiles. Corresponsabilidad en la vida laboral y personal. Disponible en: Aquí
50 conapo, op. cit, p. 23.
51 conasami, Criterios y lineamientos metodológicos. Proceso de fijación del salario mínimo para los y las trabajadoras del hogar, mayo 2019.
52 Florez Vaquiro, op. cit., p. 11.
53 inegi, La informalidad laboral. Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo. Marco conceptual y metodológico, México, 2014, p. 6. Disponible en: Aquí
54 inegi, Cuenta Satélite del Trabajo No Remunerado de los Hogares de México, 2019. Disponible en: Aquí
55 conapo, op. cit., p. 22.
56 Florez Vaquiro, op. cit., p. 11
57 Ibid., p. 12.
58 Bensusán, op. cit., p. 6.
59 Datos de la enut 2014, tomados de Bensusán, op. cit., pág. 6
60 Bensusán, op. cit., p. 6.
61 conapo, op. cit., p. 33.
62 conapo, op. cit., p. 29.
63 La Asociación Mexicana de Agencias de Inteligencia de Mercado y Opinión Pública cuenta con una clasificación de perfil de los hogares según nivel socioeconómico, que toma en cuenta el grado de estudios de la persona jefa de familia, el número de dormitorios y automóviles de la vivienda, así como el acceso a internet. El desglose de los niveles se puede consultar en: Aquí
64 conapo, op. cit., p. 30.
65 conapo, op. cit., p. 30.